lunes, 29 de septiembre de 2008

Te Amo Totalmente


Te amo,

Parece una locura, pero es una realidad.

Te amo tanto, que estoy comprendiendo el sentido de la importancia de tu libertad y de la mía.

Te amo tanto, que eres imprescindible en mi vida y a la vez no.

Te amo tanto que si quieres permanecer a mi lado eres libre, y si quieres continuar tu camino, también lo eres.

Te amo tanto, que quiero estar cerca de ti, pero si no lo estas, también esta bien.

Amo tu sonrisa cuando estás feliz, amo tus lagrimas cuando estas triste.

Amo tu enojo y amo tu calma.

Amo tu cara, tu edad, tu tiempo, tu distancia, tu cercanía.

Quiero verte crecer, quiero que seas Libre, que seas Feliz, que seas lo que quieras.

Quiero que Seas.

Es terrible.

Es maravilloso.

Es un sueño.

¿Parece loco? ¡No! es que te amo en su totalidad.

¿Quién eres tú para no serlo?


"Nuestro más profundo temor no es el de ser inadecuados.
Nuestro más profundo temor es el de ser poderosos más allá de toda medida.
Es nuestra luz la que más nos asusta, no nuestra oscuridad.
Nos preguntamos a nosotros mismos:
¿Quién soy yo para ser brillante, extraordinariamente talentoso, magnífico?
Y en realidad:
¿Quién eres tú para no serlo?"


Nelson Mandela

Viviendo en el Presente


El estrés es causado principalmente por estar aquí en el presente, pero deseando estar en el futuro o el pasado.

La consecuencia natural de pretender "estar" en otro tiempo cuando se existe en el presente, es una tensión interna que sentimos intenta partirnos en dos. Energéticamente proyectamos nuestra energía hacía otro tiempo, cuando la necesitamos "aquí y ahora" para vivir nuestra vida plenamente.


Soltar el Pasado

Refiérete al pasado solo si es absolutamente relevante a tu presente. Siente el poder del momento presente al experimentar la totalidad de tu Ser. Siente TU presencia.

Y hablando del futuro y eso que llamamos preocuparse...

¿Puedes realmente pre-ocuparte?

Contrario a lo que pudieras pensar no puedes.

Una vez llegado el momento puedes ocuparte, pero ocuparte antes de tiempo, simplemente es imposible.


Y en cuanto a las frases que comienzan: "Si hubiera...", hubiera es la conjugación verbal más inútil de nuestro lenguaje. En ese caso está usted usando su mente para proyectarse a un futuro imaginario que no tiene manera de saber si alguna vez experimentará. Y por supuesto no hay manera de afrontar esa situación porque simplemente ¡No Existe!, no es más que una creación mental. Es muy parecida, en sus efectos, a "pre-ocuparse", solo que esta vez la conexión está en el pasado.

Las personas que incurren en estas prácticas por lo general tienden a desarrollar y arrastrar sentimientos de culpa por el pasado, y de miedo, angustia y ansiedad por el futuro.

Y, ¿Cuál crees que es el resultado?.

Como consecuencia dejan pasar el momento presente, por no estar conectados con el aquí y ahora.

Lamentablemente una vida entera puede transcurrir de esa manera, y afortunadamente también hay maneras muy sencillas de superar ese estado.
Una de las técnicas más sencillas para conectarnos con el presente se basa en tomar conciencia de nuestra respiración. De sentir como el aire entra y sale de nuestros pulmones, naturalmente, sin interferir con su flujo, como testigos silenciosos de ese proceso. Sentir como ese aliento energiza todo nuestro Ser. Pregúntese a si mismo ¿Qué problema existe aquí y ahora, en este mismo instante?, no el año próximo, o mañana, ni siquiera en los próximos cinco minutos. ¿Hay algo que no funcione en este instante? Luego de tomar conciencia de nuestra respiración y conectarnos con el presente, podemos sorprendernos al sentirnos extrañados ante las anteriores preguntas, pues naturalmente fluirá un no como respuesta. Al reconocer esto, automáticamente reconocemos también, que ni siquiera tenemos que pensar en ocuparnos mas que del presente, y comenzamos a vivir concientemente cada instante de nuestra existencia. A partir de ese momento las respuestas, la fortaleza, las acciones, los recursos, etc. estarán allí en el momento justo en que los necesitemos, no antes ni después, pero en el instante preciso en que formen parte de nuestro presente.

Si te agrada lo expuesto anteriormente esa vida puede ser tuya en ESTE mismo instante, solo tienes que dejar de esperar por ella.

Esperar es un estado mental, que refleja que quieres el futuro, y no el presente, que no quiere slo que tienes, pero si lo que no tienes; rechazas lo que has creado, y deseas lo que aún no alcanzas. Este estado mental de espera, inconscientemente creas conflictos internos entre su aquí y ahora donde no quiere estar, y el futuro que ha imaginado y proyectado en su mente que es donde quiere estar. Esto influye adversamente en su calidad de vida, pues como resultado dejas escapar el presente, que es el único instante en el que puede hacer realidad sus sueños.

La próxima vez que te sorprendas a ti mismo en un estado mental de espera, toma conciencia de tu respiración, y conéctate nuevamente con el presente.

Permítete ser y DISFRUTA SIENDO. Si estás en el presente, no tendrás necesidad de esperar por nada.


El Poder del Ahora

El poder de obrar, de crear, y de hacer realidad nuestros sueños se encuentra en el momento presente. En la medida que nos conectamos conscientemente y permanecemos en el presente, nos conectamos con ese poder, desde el cual podemos manifestar la más maravillosa realidad que seamos capaces de imaginar.
Toma consciencia de tus pensamientos, sentimientos, palabras, y acciones, de sus reacciones, de sus humores y deseos a medida que ocurren en el presente.
Conviértete en un observador silencioso de ti mismo, obsérvate sin emitir juicio alguno, pero aceptándote tal como es.

Mientras más atención le prestes al presente, más lo energizas, y más fácil es permanecer conectado y viviendo en el momento presente, empleando el poder del ahora para expresar la plenitud de tu ser.


viernes, 26 de septiembre de 2008

Yo soy Yo y Tú eres Tú

Yo soy Yo y Tú eres Tú
Yo no estoy en este mundo para cumplir tus expectativas y,
Tú no estás en este mundo para cumplir las mías.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.
Si en algún momento o en algún punto nos encontramos,
y coincidimos, es Hermoso.
Sino, pocas cosas tenemos que hacer juntos.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.
Falta de amor a Mi mism@,
cuando en el intento de complacerte me traiciono.
Falta de amor a Ti,
cuando intento que seas como yo quiero,
En vez de aceptarte como realmente Eres.
Tú eres Tú y Yo soy Yo.
Fritz S. Perls (1893-1970)

Instantes... (Jorge Luis Borges)

Si pudiera vivir nuevamente mi vida,
en la próxima trataría de cometer más errores.
No intentaría ser tan perfecto, me relajaría más.
Sería más tonto de lo que he sido,
de hecho tomaría muy pocas cosas con seriedad.
Sería menos higiénico.
Correría más riesgos,
haría más viajes,
contemplaría más atardeceres,
subiría más montañas, nadaría más ríos.
Iría a más lugares adonde nunca he ido,
comería más helados y menos habas,
tendría más problemas reales y menos imaginarios.

Yo fui una de esas personas que vivió sensata
y prolíficamente cada minuto de su vida;
claro que tuve momentos de alegría.
Pero si pudiera volver atrás trataría
de tener solamente buenos momentos.

Por si no lo saben, de eso está hecha la vida,
sólo de momentos; no te pierdas el ahora.

Yo era uno de esos que nunca
iban a ninguna parte sin un termómetro,
una bolsa de agua caliente,
un paraguas y un paracaídas;
si pudiera volver a vivir, viajaría más liviano.

Si pudiera volver a vivir
comenzaría a andar descalzo a principios
de la primavera
y seguiría descalzo hasta concluir el otoño.
Daría más vueltas en calesita,
contemplaría más amaneceres,
y jugaría con más niños,
si tuviera otra vez vida por delante.

Pero ya ven, tengo 85 años...
y sé que me estoy muriendo.

Sobrellevando la Muerte de un hij@ durante la Época de Fiestas

La ausencia de un hij@ durante la época de fiestas puede ser una
situación abrumante para las familias dolientes.
¿Podré sobrevivirlo? ¿Es normal lo que siento? ¿Debo ignorar las festividades este año? Son preguntas hechas durante los primeros años que siguen a la muerte de un hij@.

Me gustaría compartir con ustedes algunos puntos generales que pueden ayudar a manejar la muerte de tu bebé durante las fiestas


1. Aceptar y abrazar la posibilidad de dolor. Se que seguramente será una época dolorosa. Agradecer lo que sigues teniendo, sin embargo, reconocer que estarás abrumad@ por lo perdido. Reconocer que tendrás momentos placenteros y disfrutables y que no debes sentirte culpable por esto.


2. Preparate para la insensibilidad probable de otros. Seres queridos bien intencionados que no te quieren ver triste pueden tratar de apresurarte a través del duelo. Algunos pueden insistir en "alegrarnos" continuamente. Otros pueden darte consejo de lo que puedes o no puedes hacer e incluso de lo que debes y no debes sentir. Tal vez, lo mejor es ignorar sus bien intencionados consejos y apelar a los sentimientos propios. Nadie, excepto un padre doliente, puede entender lo profundo de tu dolor.


3. Nuevos rituales pueden formar parte de las tradiciones familiares, en memoria de tu pequeñ@.

Aquí hay algunas opciones para familias que quieran incluir a su bebé en la celebración de las festividades:

  • Recordar a tu hij@ decorando su tumba. Puedes comprar un pequeño árbol de Navidad y decorarlo en familia. Comprar globos y peluches y los dejarlos junto con las tarjetas, notas y fotografías en el cementerio. Es una purga emocional que puede ayudar a la familia a sanar, recordar y amar junta.
  • Inscribirse en el centro comercial de tu comunidad para formar parte del Programa local de regalos de navidad para niños necesitados. Puedes buscar un niñ@ de la edad que tendría tu peque.
  • Donar el dinero que hubieras gastado en tu hij@ en las fiestas a tu asociación no lucrativa preferida, en su nombre.
    Recordar a tu angelit@ en tarjetas navideñas, si así lo quieres.

La importancia de la Benedicencia

A veces me pregunto, ¿por qué somos así los seres humanos? nos quejamos contra las injusticias, pero cuando nos toca, nos cuesta ser realmente justos.

Nos quejamos de falta de amor, pero cuando nos toca darlo, nos cuesta como si fuese a acabársenos.

Buscamos curas a nuestras neurosis en los otros, cuando sabemos que con el amor (empezando con el amor a si mismo) podríamos fácilmente sanar nuestras heridas del alma.

Nos decimos cristianos, y cuando nos toca realmente serlo, la dimensión del prójimo realmente se nos aleja, creemos que nuestro prójimo es aquel que esta en las zonas marginadas, el que está en la calle pidiendo limosna, el que está en el hospital, solo; cuando en realidad nuestro prójimo muchas veces está muy cercano, nuestros hijos, nuestr@ espos@, nuestro empleado.

Me gustaría citar un hermoso libro, en uno de mis capítulos favoritos:

1 Corintios 13:1-13

1Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo Amor, vengo á ser como metal que resuena, ó címbalo que retiñe.

2Y si tuviese el don de la profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia; y si tuviese toda la fe, de tal manera que traspasase los montes, y no tengo Amor, nada soy.

3Y si repartiese toda mi hacienda para dar de comer a pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo Amor, de nada me sirve.

4El Amor es sufrido, es benigno; el Amor no tiene envidia, el Amor no hace injusticias, no se ensancha;

5No es injurioso, no busca lo suyo, no se irrita, no piensa el mal;

6No se alegra de la injusticia, mas se alegra de la verdad;

7Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta.

8El Amor nunca deja de ser.

¿En realidad es tan difícil?

El mismo amor nos exige, ser transmitido en movimiento, ya que es una virtud de donación y entrega de uno mismo al prójimo. (Espíritu de Servicio en cualquier ámbito de la existencia).

El amor abarca una amplia gama de aspectos de nuestra vida. Sin embargo, Hoy me quiero referir específicamente a uno que nos cuesta especial trabajo, La Benedicencia.

¿Qué es la benedicencia? Tristemente es una palabra prácticamente desconocida; no está en el diccionario y curiosamente sí encontramos la palabra maledicencia.

Usando esta definición podemos inferir, que si la maledicencia es el vicio de hablar mal de los demás, la Benedicencia es la virtud de hablar bien de los demás.

La maledicencia es contraria al amor, ya que divulga sin motivo ni necesidad objetiva los defectos, los errores o las pasiones de otras personas, dañando de este modo su reputación.

La benedicencia, por el contrario, difunde solo lo positivo en los demás, es contraria al juicio temerario, que admite como verdadero, sin tener motivos suficientes, un defecto moral del prójimo.

Hay que tomar en cuenta que muchas veces juzgamos al prójimo atribuyéndole nuestros propios defectos. (Proyección)

Sin embargo, el corazón bondadoso busca pensar bien, justificar, perdonar, comprender.

La persona de bien, tiene presente sus propios defectos, no para juzgar al prójimo, sino para vivir con humildad y siendo apóstoles de lo bueno.

Pero esto no es fácil, La Benedicencia, como toda virtud, exige una conquista personal. No se da de modo espontáneo y natural. Tiene en su origen otro hábito aún más profundo: el pensar siempre bien de nuestro prójimo, amarlo sinceramente en lo más íntimo de nuestro corazón.

El hombre bueno lo ve todo con ojos de bondad.

De este modo, el mal será vencido con el bien:

"No te dejes vencer por el mal; antes bien, vence al mal con el bien" (Rm 12,21)